domingo, 10 de junio de 2012

LIBROS - Tres rosas amarillas, de Raymond Carver: El maestro pastelero

No es extraño creer que lo mejor de los relatos de Raymond Carver son sus finales. Tan contundentes, tan secos en apariencia pero suaves al paladar, como un brownie que recubierto por fuera por una costra dura y amarga, resulta crudo y dulce en su centro. Pero no, no sólo son los finales y en medio de ese brote de psicosis culinaria caemos en la cuenta de que ningún final puede ser tan efectivo si no se nos conduce hasta él con la habilidad del maestro pastelero. Entonces imaginamos un copo de azúcar, una tela de araña, obra de ingeniería mayor donde cada línea se sostiene en todas, en un estado de tensión perfecta. ¿Carver escribe telas de araña? Sí, claro, pero no alcanza. Sabemos que hay algo más, algún secreto, el ingrediente X que completa la imperfección de una receta siempre perfecta. Entonces volvemos a releer “Cajas”, primer cuento de su libro Tres rosas amarillas, y a mirar por la ventana del colectivo tratando de recordar si apagamos el horno antes de salir de casa esta mañana y cada persona parada en una esquina nos distrae.

Columna publicada originalmente en el suplemento Cultura de Tiempo Argentino.

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