jueves, 19 de mayo de 2016

CINE - "Poner al rock de moda", de Santiago Charriere: Que sea rock, es menester

Rockumental: de eso se trata esta película cuyo título es una confesión de parte. ¿De qué otra cosa podría tratarse Poner al rock de moda sino de un documental sobre una banda de rock, los porteños Banda de Turistas, conocidos por su canción “Química”? Es posible que haya quien alce su dedo para citar aquella frase atribuida a Pappo (“Rock es AC/DC. ¿Fito Páez se parece a AC/DC? Entonces no es rock”), con la intención de aclarar de qué se habla cuando se habla de rock. Y aunque la charla entre los rockeros más conservadores y los menos dogmáticos podría ser interesante, no corresponde comenzar acá un debate sin fin acerca de los límites del género. Simplemente se aceptará que esta banda que se propone poner al rock de moda cumple con los requisitos necesarios y que por lo tanto el film efectivamente es un rockumental. Aunque está claro que el mencionado desafío de “poner al rock de moda” no entrañaría el mismo grado de dificultad si en lugar de tocar confortables canciones de rock ATP, los Banda de Turistas se dedicaran al áspero y rectilíneo mètier de los australianos.
Ópera prima con la que Santiago Charriere participó de la Competencia Argentina del Bafici 2015, Poner al rock de moda tiene un punto a favor ya desde el comienzo: nada de triviales cabezas parlantes. Documental de campo, el film narra su historia desde el barro de los hechos que se propone contar, utilizando material original que abarca desde los primeros años de la banda hasta casi la actualidad. En efecto, Poner al rock de moda es un documento que registra las distintas etapas en la vida de Banda de Turistas, pero cuya línea evolutiva puede ser la de muchas otras bandas de rock. Bien vista, esa universalización del relato podría ser un mérito de Charriere como director y guionista, pero de algún modo es también su punto débil. Porque si bien la trama no carece de ciertos puntos de interés (el registro de un show que la banda da en México durante un temporal; la reconstrucción de cómo los músicos van amasando junto al productor Juanchi Baleirón, guitarrista de Los Pericos, la canción “Química”, que sería su éxito comercial más grande), lo cierto es que no hay grandes hitos ni momentos épicos que se destaquen con claridad en la historia de Banda de Turistas. Sólo un relato sobre cinco amigos de casi 30 años a los que las cosas les salen bien.
Pero sería injusto reducir la película de Charriere a ese detalle, porque más allá de lo dicho Poner al rock de moda ofrece algunos hallazgos. Sobre todo un interesante trabajo de fotografía y cámara, que le permitió al director crear un tapiz de texturas a partir de la variedad de soportes utilizados, que van del 8 y el 16mm a diferentes formatos de video. Un tejido que no sería posible sin un montaje cargado de detalles que le aporta fluidez visual a la narración. Y por supuesto, una banda sonora pegadiza, elegante, sólida, que parece adherir a una definición de rock más cercana a cierto dandismo que al cuero y las tachas con la que, es posible, Pappo no estaría de acuerdo; si es que eso realmente importa.  

Artículo pblicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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