jueves, 10 de noviembre de 2016

CINE - 31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: Una presentación en familia

Todas las costumbres se componen de rituales y ceremonias en cuya repetición se cifra su supervivencia y está claro que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata es una de las tradiciones más importantes dentro de la cultura cinematográfica de la Argentina. Y aunque lo más vital de ese rito tendrá lugar entre la gala de apertura del viernes 18 de noviembre por la noche, en el Teatro Auditorium de la ciudad balnearia, y el domingo 27, es cierto que la cosa empieza algunos días antes, cuando las autoridades del Festival revelan la programación y las actividades previstas cada año. Esta vez la presentación de la trigésimo primera edición tuvo lugar el martes pasado en la sala de convenciones del Hotel Emperador, ubicado en el barrio porteño de Retiro.
El inicio del acto, al que asistieron en carácter de invitados los actores Mercedes Morán y Oscar Martínez, se demoró unos cuantos minutos. No fue sino hasta que la señora Mirtha Legrand llegó para ocupar su lugar en primera fila, media hora después del horario anunciado, que el panel encargado de hacer los anuncios se permitió tomar su lugar al frente de un auditorio compuesto por periodistas, críticos, directores, programadores, funcionarios e invitados de variada extracción. Dicho panel estuvo integrado por el cineasta José Martínez Suárez, presidente del festival desde hace nueve años, y su director artístico Fernando Martín Peña, acompañados por Alejandro Cacetta, presidente del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el secretario de Cultura y Creatividad de la Nación, Enrique Avogadro, y Rómulo Puyol, gerente general del INCAA.
Tras las presentaciones de rigor se proyectó el corto institucional de esta edición, en el que algunas estrellas del cine argentino como Ricardo Darín, Guillermo Francella, Leonardo Sbaraglia, Morán y Martínez, junto a las divas de la televisión Susana Giménez y Legrand, hablan por teléfono entre sí para ver cómo hacen este año para ir todos juntos al Festival. En el plano final es el propio Martínez Suárez quien, devenido en chofer de micro escolar, ofrece una solución pícara para el problema. A pesar de su simpatía el corto representa una distorsión del tipo de programación y de trabajo curatorial que desde hace años se viene haciendo en Mar del Plata, menos preocupado por la alfombra roja que por la excelencia cinematográfica. Aunque se le debe reconocer a la pieza un potencial impacto mediático.
El primero en tomar la palabra fue Peña, en cuya intervención quedó claro el contraste con el corto que acababa de proyectarse. El director artístico realizó una enumeración de los tres objetivos principales sobre los que se apoya el Festival de Mar del Plata: la voluntad de convertirlo en una plataforma de lanzamiento para el cine argentino y latinoamericano hacia el exterior; proponerle al público un tipo de cine que es cada vez más ignorado por los circuitos de la exhibición comercial; y la recuperación del espectáculo del cine como una expresión cultural en la que el espectador no es un individuo aislado sino parte de un auditorio. Como uno de los mayores promotores del rescate, cuidado y restauración del acervo cinematográfico histórico, Peña también se preocupó por destacar dentro de la programación un conjunto de secciones agrupadas, justamente, bajo el nombre de Revisiones. Allí se verá una versión restaurada de El vampiro negro (1953), protagonizada por Nathán Pinzón, la curiosa remake nacional del clásico dirigido por Fritz Lang de 1931. Dentro de la misma también habrá varios focos, entre los que se destacan los dedicados al film noir, a Buster Keaton, y uno dedicado a 10 personajes destacados del cine argentino, como Alfredo Alcón, Amelia Bence, Ernesto Arancibia, entre otros.
Enseguida tomó la palabra Martínez Suárez, quien haciendo gala de su histrionismo habitual dio comienzo a una pequeña pantomima junto a Peña, en la que lo instaba a seguir hablando, recordándole otros aspectos del festival para que éste se explayara sobe ellos. De ese modo juguetón, entre los dos anunciaron la presencia de algunos invitados, como el reconocido director de fotografía Vittorio Storaro –quien estará presente durante la proyección de uno de sus trabajos más reconocidos, Apocalypse Now! (Redux), la versión ampliada del clásico de Francis Coppola—; el crítico de cine Jonathan Rosembaum, que oficiará además como presidente del jurado internacional; y el director francés Olivier Assayas, a quien se dedicará un foco que incluye su último trabajo, Personal Shopper, protagonizado por Kristen Stewart. También mencionaron los tres libros que este año editará el festival. Uno de ellos será Entre cortes. Conversaciones con montajistas de Argentina; otro dedicado a El caballo de hierro, film mudo de 1924 dirigido por John Ford, que también será proyectado; y el último complementará la mencionada sección de homenaje a 10 figuras del cine argentino. Por su parte, Cacetta se encargó de destacar la voluntad del la institución que preside de sostener y apoyar el espacio del festival como gran vidriera para que el cine argentino y latinoamericano puedan seguir teniendo en Mar del Plata una poderosa ventana hacia el mundo. Para confirmarlo, Martínez Suárez mencionó que las obras producidas en la región representan más del 43% de la programación de este año. No sorprende entonces que Neruda, último trabajo del chileno Pablo Larraín, fuera escogido para abrir el festival.
 Se conocieron además los títulos que integran las tres competencias del festival, el único de Clase A de América Latina, categoría que comparte con los más importantes del mundo, como los de Cannes, Berlín, Venecia y otros. Dentro de la Competencia Internacional podrán verse los filmes nacionales El futuro perfecto, de la directora de origen alemán Nele Wohlatz, y Hermia y Helena, nueva adaptación de una obra de William Shakespeare realizada por Matías Piñeiro. Junto a ellas se verán otros 10 títulos, entre los que se destacan Aquarius, del brasileño Kleber Mendonca Filho, de extraordinaria recepción en Cannes; Era el cielo, del paulista Marco Dutra, basado en una novela del argentino Sergio Bizzio; La reconquista, del español Jonás Trueba; la francesa Nocturama, de Bertrand Bonello; Paradise, del ruso Andrej Konchalovsky; y Free Fire, de Ben Wheatley.
Dentro de la Competencia Latinoamericana participarán las argentinas Cuatreros, nuevo trabajo de Albertina Carri; El auge del humano, del joven y prometedor director Eduardo “Teddy” Williams; El sacrificio de Nehuén Puyelli, de José Campusano; y Kékzákallú, de Gastón Solnicki. Junto a ellas Jesús, del chileno Fernando Guzzoni; la mexicana Todo lo demás, de Natalia Almeida; Ejercicios de memoria, de la directora paraguaya Paz Encina, entre otras. Por su parte, la Competencia Argentina está compuesta por otras 12 películas: Amateur, de Sebastián Perillo; Fuga de la Patagonia, de Javier Zevallos y Francisco D´Eufemia; La siesta del tigre, de Maximiliano Schonfeld; Los ganadores, de Néstor Frenkel; Los globos, de Mariano González; No te olvides de mí, de Fernanda Ramondo; No sabés con quién estás hablando, de Demián Rugna; Pinamar, de Federico Godfrid; Terror 5, de Sebastián y Federico Rotstein; El aprendiz, de Tomás de Leone; El silencio, de Arturo Castro Godoy; Los decentes, de Lukas Valenta Rinner.

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Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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