miércoles, 21 de marzo de 2018

CINE - Presentaron la programación del Bafici 20: Películas y chicanas

Como todos los años, los idus de marzo llegan a estas costas con buenas nuevas: la programación del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, popularmente conocido como Bafici, que este año celebra su vigésima edición. La cita tuvo lugar ayer por la mañana en la Usina del Arte, en el barrio de La Boca. Al frente del acto estuvieron Enrique Avogadro, ministro de cultura de la ciudad, Fernando Juan Lima, vicepresidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y Javier Porta Fouz, director artístico del festival.
Avogadro cargó con la responsabilidad de ser el primer orador, haciendo especial hincapié en el hecho de que este año el festival marcará varios records. Entre ellos el de la cantidad de sedes con las que contará esta vigésima edición (36) y la cantidad de barrios que se cubrirán a través de ellas (15), incluyendo el bario 31, eufemismo utilizado por el ministro para referirse a la ya tradicional Villa 31 ubicada en el barrio de Retiro. También destacó que Bafici es el festival que más películas argentinas estrena “en el mundo”. El dato pareció dirigido a alimentar la clásica disputa con el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que si bien hoy es recorrida de forma civilizada por los equipos y responsables de ambos encuentros, también tuvo momentos álgidos no exentos de roces que llegaron a trascender el ámbito de lo privado.
Tras la intervención de Avogadro, que como se ve dejó tela por cortar, Lima casi comenzó su intervención retomando la cuestión de la rivalidad para intentar darle un cierre salomónico. “No sé si el Bafici es el festival más grande de América latina, pero sí que por lo menos es uno de los dos más importantes”, dijo el vicepresidente del Incaa haciendo referencia a otra de las frases comúnmente utilizadas para sacarle punta a la disputa con Mar del Plata, que por otra parte cuenta con la ventaja formal de ser el único festival Clase A de la región, selecta categoría que integra junto a festivales como Cannes, Berlín o Venecia, entre otros. Y desde su lugar de periodista y crítico de cine, actividad que el funcionario sigue desempeñando por fuera de la agenda oficial, Lima intentó zanjar “la grieta” expresando que tanto Bafici como Mar del Plata “nos han formado como espectadores”. También adelantó que este año el Incaa se sumaría al festival con la participación en el premio a la Mejor Película de Competencia Internacional que hasta ahora estaba a cargo de Zeta Films, una distribuidora privada, iniciativa que, según las palabras de Lima, se apoya en “la idea de que lo público y lo privado” pueden trabajar juntos.
Porta Fouz fue el encargado de completar la presentación. Tras insistir con el asunto de los récords que Avogadro había dejado abierto durante su intervención, el director informó que una de las razones para ampliar la cantidad de sedes tiene que ver con la posibilidad de “aumentar la oferta de proyecciones durante los fines de semana”, ya que las estadísticas que maneja el festival indican que en esos días aumenta la demanda de entradas respectos de las jornadas laborables. A continuación procedió a cumplir con la lista de agradecimientos, especialmente la colaboración de la Embajada de Francia y UniFrance, a través de quienes será posible contar con la presencia de un cineasta consagrado como Philippe Garrel, a quién se le dedicará un nutrido foco que incluye no sólo su último trabajo, Amantes por un día, sino también su ópera prima, Les Enfants désaccordés, la cual rodó en 1964 con tan solo 16 años.
Otros dos invitados vendrán del cine anglosajón. Se trata por un lado de John Waters, el cineasta estadounidense reconocido por una obra que usualmente trabaja sobre los espacios de la diversidad sexual y de género, pero siempre más allá de los límites del kitsch, el trash, el absurdo y la farsa. Su cine también será objeto de un foco que incluye algunos de sus trabajos más populares, como Pink Flamingos (1972), Cry Baby (1990), Serial Mom (1994), Cecil B. DeMented (2000) y su obra más popular, Hairspray (1988). Waters participará además de una charla pública con Isabel Sarli previa a la proyección de la película Fuego, protagonizada por la diva argentina y dirigida por Armando Bo. El otro invitado será el actor escocés Ewen Bremmer, quien se encargará de presentar la proyección de Trainspotting (1996), película que puso el foco de la consideración global no sólo sobre su figura sino también sobre las de su compañero de elenco Ewan McGregor y la del director Danny Boyle. La película se proyectarfá junto con su secuela Trainspotting 2: La vida en el abismo, de 2017. Este año el Bafici también le dedicará focos a la francesa Axelle Ropert, al mexicano Teo Hernández, la ucraniana Kira Muratova, el brasileño Ozualdo Candeias, el austríaco Johann Lurf y el estadounidense James Benning.
El director también se alegró de poder anunciar que el espacio de las películas de apertura y cierre, de gran peso simbólico en cualquier festival, será ocupado por dos comedias. Se trata de Las Vegas, del argentino Juan Villegas, y Isle of Dogs, última película de Wes Anderson que viene de abrir y participar hace menos de un mes de la Competencia Internacional de la Berlinale. También confirmó que este año la programación contará con una cantidad menor de títulos respecto del año pasado, aunque agregó que será similar si se tiene en cuenta la cantidad de minutos proyectados. Esto es posible debido a la inclusión de películas muy largas como Ang Panahon ng Halimaw, del filipino Lav Díaz o la china An Elephant Sitting Still, de Hu Bo, ambas de casi cuatro horas, pero sobre todo a la participación de La Flor, esperada nueva película de Mariano Llinás, a la que Porta Fouz presentó como la película más larga de la historia del cine argentino, con una duración de 840 minutos. 14 horas cuya proyección demandará tres funciones. La flor será parte de la Competencia Internacional, de la que también participarán otros 15 títulos, entre ellos Paisaje, de la argentina Jimena Blanco, y Dry Martina, del chileno Che Sandoval, con la actriz argentina Antonella Costa como protagonista. El festival contará además con la presencia de otros directores argentinos destacados en sus competencias, como Albertina Carri, Sergio Wolf, José Campusano, Hernán Roselli, Raul Perrone, Baltazar Tokman y Rosendo Ruíz. La mesa está servida. 

Artículo publicado originalmente en la sección Espectáculos de Página/12.

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